sábado, 9 de abril de 2011

Amanecer... o después de una noche con luna nueva ¿todo es muy luminoso?

He tenido a estas alturas de mi corta vida un cupo más que razonable de experiencias cercanas a la muerte, aunque desde luego no es algo a lo que uno pueda llegar a acostumbrarse podría decirse que yo ya lo estoy.
Parecerá extrañamente inevitable el que sufriera otro nuevo enfrentamiento con la muerte, a la cual  no sé por qué estos humanos se empeñan en divinizarla. Daba la impresión de que estoy marcada por el desastre, por el destino perdido y oculto en la oscuridad. He escapado una y otra vez, cierto, pero continúa viniendo a por mí.
Sin embargo, qué distinta será esta vez respecto a las otras.
Puedes huir de alguien a quien temes, puedes intentar luchar contra alguien a quien odias, incluso puedes matar y obtener una nueva locura. Todas mis reacciones se orientan hacia esa clase de asesinos, tanto monstruos como enemigos. Si... en esta sociedad humana ¿existe el amor? Aún me lo pregunto y por ahora mi respuesta sigue siendo una, NO.
Te quedas sin opciones cuando amas a tu potencial asesino. ¿Acaso es posible huir o luchar si esto causa un grave perjuicio a quien quieres?
Si la vida es cuanto puedes darle y de verdad le amas por encima de todo, ¿por qué no entregársela?
En esta sociedad la respuestas serían multiples, en mi caso y en mi condición de alma sólo hay una, elegir la muerte por el bien de que si la persona a la que amas con tu propia vida e incluso más que a ella te lo pide, es lo único que puedes darle. ¿Realmente lo amas? Y... si él te ama a ti, ¿Por qué no hace lo mismo? Tienes la respuesta, la sociedad humana y su asquerosa ignorancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario