viernes, 22 de abril de 2011

Atrapada por el demonio... esta terrible oscuridad ¿estoy sometida a ella?

Aprendí a ser un animal nocturno, a reir cuando quería llorar, a salir de casa sin pensar en volver o simplemente no volver.
Sin querer me hice de piedra, me hize fría.
Sin saber, empecé a morir, maté de nuevo a mi alma y castigé a mi cuerpo con duras penas.
No valoré la vida y aún sigo sin verle el sentido a la misma.
Si pudiera parar el tiempo, y creer de nuevo en el amor, en la esperanza, en el mundo en la ilusión...
Dañar el silencio para volver a gritar.
Mandar en mí y volver a ser sólo una en vez de miles de mitades rotas y personas separadas…
Caer, volver a caer, y levantarme de nuevo en silencio como ayer después de encerrarme en mi eter, pero con una sóla diferencia; sin lágrimas.
Ser dura y fuerte, pero fragil como el cristal.
Ser la luz brillante del diamante que aun falta por tallar.
Mi luminosidad se está apagando pero el espectaculo debe continuar y la obra maestra de esta partitura no está terminada, mi composición, mi canción debe sonar antes de la muerte.
Así que espera porque encontraré un sentido que me haga aunque sea soñar.

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