domingo, 4 de septiembre de 2011

Sweet sacrifice

En el regazo de la tarde triste
yo invoqué tu dolor... Sentirlo era
Sentirte el corazón! Palideciste
hasta la voz.
Tus párpados de cera...
Bajaron...y callaste...Pareció que
oyeras pasar a la muerte...
Yo que abrí
tu herida mordí en ella -¿Me sentiste?-
¡Como en el oro de un panal mordiera!
Y exprimí más, traidora, dulcemente
tu corazón herido mortalmente;
por la cruel daga rara y exquisita
de un mal sin nombre...
¡Hasta sangrarlo en llanto!
y las mil bocas de mi sed maldita
tendí a esa fuente abierta en tu quebranto...
¿Por qué fui tu vampiro de amargura?
¿Soy flor o estirpe de una especie oscura
que come llagas y que bebe el llanto?
Ahora solo....
deseo saborear tus labios bañados en sangre...
hacer que tu corazón deje de latir...
Te sentiste áspero, tierno...alentado,
mortal, difunto, vivo, leal, traidor,
cobarde y animoso...
no hallaste fuera del bien centro y reposo,
te mostraste: alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso...
huiste tu rostro al claro desengaño,
bebiste veneno por licor suave,
olvidaste el provecho...
amaste el daño.
Creiste que el cielo en un infierno cabe;
diste la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.
Si mi noble sangre pudiera... simplemente
vivirias una vida que ni siquiera el más
sangriento de todos podría vivir...
Explicame de nuevo que quería decir amar...
si no fue morir por tí...

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